lunes, 13 de febrero de 2012




1. La teoría de la evolución

1.1 Partiendo del fijismo

A pesar de que el viejo Anaximandro de Mileto (siglo VI a.C.) había ya intuido la idea de evolución de los seres vivos, el pensamiento occidental ha defendido, hasta pasado medio siglo XIX, una concepción fijista de la vida. Según el fijismo, tanto la naturaleza como las especies vivas son una realidad definitiva y acabada: los seres vivos son formas inalterables, siendo hoy tal y como fueron diseñadas desde su comienzo. Obviamente, el fijismo iba apareado al creacionismo. Incluso el gran botánico sueco, Carl von Linné (1707-1778), autor de la célebre clasificación u ordenación de todos los seres vivos en géneros y especies, atendiendo semejanzas y proximidades entre formas de vida, nunca escribió sobre la posibilidad de un origen común de las especies parecidas. Las especies habían sido creadas de un modo separada e independiente.

La paleontología y la anatomía comparada, ciencias nacidas a comienzos del siglo XIX, proporcionaron datos que cuestionaban la concepción fijista. Tanto los fósiles de animales nunca vistos, más extraños e increíbles cuanto más antiguos eran los estratos geológicos, como las semejanzas y correlaciones entre los diferentes organismos, incluidas las formas extinguidas, hacían que los científicos del momento se encontrasen en una situación inquietante y conflictiva. George Cuvier (1769-1832), el fijista fundador de la anatomía comparada, intentó solucionar el conflicto sugiriendo que la Tierra había sufrido frecuentes cataclismos o catástrofes, como el diluvio universal de la Biblia, que provocaron la extinción de todas las especies y que, posteriormente, nuevas formas habían sido creadas.Pero los mismos datos de la paleontología y de la anatomía comparada fueron interpretados de manera diferente por Jean Baptiste de Lamarck (1744-1829). Fue él quién propuso la primera teoría coherente de la evolución o, mejor dicho, de la transformación de los seres vivos. Pero la falta de pruebas de un transformismo según el cual el alargamiento del cuello de las jirafas era un carácter adquirido que se explicaba por los persistentes esfuerzos adaptativos, facilitó que la teoría de las catástrofes de Cuvier, agresivo adversario de Lamarck, acabase imponiéndose. Así, hacia el 1840, el debate sobre fijismo y evolucionismo estaba resuelto: parecía que el fijismo había ganado la batalla.


En estos mismos años, uno joven inglés, Charles Darwin (1809-1882), estaba reflexionando sobre multitud de observaciones hechas durante los cinco años de viaje acerca de la tierra a bordo del barco [Beagle]. La infinitud de observaciones anotadas en su diario, le decían que la vida es evolución y que unas especies se originan de otros.Jirafa2 La teoría de la evolución de Darwin

Uno de los libros que el joven Charles Darwin había escogido de compañía en su viaje era Principios de Geología, el autor del que era su amigo Charles Lyell (1797-1875). Lyell explicaba los cambios del pasado en la superficie de la tierra por la acción gradual de las mismas causas observables que en el presente actúan, es decir, defendía que el funcionamiento geológico no había cambiado y que iba con extrema lentitud. Darwin asumió este planteamiento de Lyell: los cambios biológicos en el pasado se explican por las mismas causas que actúan en el presente. Otro libro influyó en el joven pensamiento de Darwin, el Ensayo sobre el principio de población de Thomas Malthus (1776-1834), en el cual habla de la inevitable lucha por la vida y de la ventaja que en ésta tienen los individuos más bien dotados; de aquí emerge la célebre idea de la selección natural.
Charles Darwin

Es conocido que, independientemente de Darwin, el naturalista inglés Alfred Wallace (1823/1913), tras viajar por la Amazónica y otros lugares, llegó a las mismas conclusiones en los mismos años. La elevada calidad personal de ambos naturalistas evitó polémicas sobre quién fue el primero en establecer las ideas claves de la teoría de la evolución. En el año 1858 apareció una publicación conjunta: un artículo de Wallace sobre la evolución y un resumen de las ideas evolucionistas que Darwin exponía en su manuscrito El origen de las especies por medio de la selección natural, que no osó publicar hasta el 1859. Fue el mismo Wallace quién comenzó a utilizar la expresión darwinismo para designar este común conjunto de ideas.El origen de las especies

La teoría evolutiva o darwinismo se concreta en los siguientes puntos o postulados:
  1. Las formas de vida no son estáticas sino que evolucionan; las especies cambian continuamente, unas se originan y otros se extinguen.
  2. El proceso de la evolución es gradual, lento y continuo, sin saltos discontinuos o cambios súbitos.
  3. Los organismos parecidos se hallan emparentados y descienden de un antepasado común. Todos los organismos vivientes pueden remontarse a un origen único de la vida.
  4. La selección natural es la llave, en dos fases, que explica todo el sistema.
    La primera fase es la producción de variabilidad: la generación de modificaciones espontáneas en los individuos.
    La segunda, la selección a través de la supervivencia en la lucha por la vida: los individuos mejor dotados, los que han nacido con modificaciones espontáneas favorables para hacer frente al medio ambiente van a tener más posibilidades de sobrevivir, de reproducirse y de dejar descendencia con estas ventajas.
Charles Darwin, en su libro de 1871 titulado El origen del hombre y sobre la selección en relación con el sexo, aplica directamente al homo sapiens las anteriores ideas evolucionistas. Obviamente, las teorías evolucionistas desencadenaron polémicas y violentos críticas; para mucha gente constituía un insulto intolerable a la raza humana. Con el darwinismo, el ser humano ya no era un ser especial y diferenciado, sino, como el resto de los seres vivos, resultado de un mismo proceso vital.

Los postulados 1º i 3º, a saber, la afirmación de un mundo en evolución sustituyendo la idea de un mundo estático y la afirmación de la comunidad de descendencia partiendo de un antepasado común, fueron aceptados pronto por la mayor parte de científicos serios. Sin embargo, polémicas y caricaturas mostraban un rechazo popular a la inclusión del hombre en la comunidad de descendencia de los animales.
Caricatura de Darwin
El 2º postulado, el del gradualismo, siguió trayectorias desiguales: biólogos profundamente convencidos de las ideas evolucionistas, por ejemplo Thomas Henry Huxley, nunca aceptaron un origen gradual y continuo de las especies, defendiendo, alternativamente, un origen saltacionista.


El 4º postulado, el que se centra en el mecanismo de la selección natural, ha sido el más discutido tanto por biólogos como por filósofos. El postulado implicaba atribuir al azar un protagonismo que la ciencia determinista del siglo pasado sólo con resistencia podía aceptar: la harmonía ascendente del mundo de los ser vivos no podía ser un resultado arbitrario y aleatorio de la selección natural, era una harmonía u orden que exigía un proyecto.
1.3 La "teoría sintética de la evolución"

En las décadas de 1930 y 1940, la teoría de la evolución, recogiendo nuevas investigaciones y nuevos descubrimientos, se reformuló en una "nueva síntesis".

Auguste Weismann, un alemán seguidor de Darwin, diferenció, por primera vez, dos tipo de células: las somáticas y las germinales. Demostró la imposibilidad de transmitir los cambios adquiridos, cambios que no estaban registrados en las células germinales. Con esta distinción, Weismann excluía la herencia de los caracteres adquiridos propia del lamarkismo: el alargamiento del cuello de las jirafas no se podía explicar por los persistentes esfuerzos adaptativos.

El nacimiento de una nueva ciencia, la genética, dio pie a una reactivación del fijismo. Las leyes de Gregor Mendel, redescubiertas a comienzos del siglo XX, parecían un golpe fatal al evolucionismo. (El monje checo, Gregor Mendel, 1822-1844, había descubierto el 1865 las leyes que llevan su nombre; las publicó en un diario local pero fueron totalmente ignoradas). El mismo efecto produjeron las investigaciones de Thomas Hunt Morgan (1866-1945) sobre los cromosomas y los genes. Leyes de Mendel y cromosomas parecían obedecer más a un principio de constancia y regularidad que a un principio de cambio.


Un retorno a las ideas evolucionistas se hizo viable con las observaciones del botánico holandés Hugo de Vries (1848-1935), las cuales daban testimonio de la aparición súbita de variantes en el proceso de reproducción de ciertos tipo de plantas.
Concluía que nuevas especies elementales aparecían a consecuencia de mutaciones o variaciones bruscas. De Vries cuestionaba tanto el gradualismo como el mecanismo de la selección natural.

En el primer tercio del siglo XX, dominaba una continua lucha de datos y afirmaciones entre fijistas, lamarkistas, darwinistas, geneticistas, etc. Gracias a los esfuerzos de Dobzhanski, Ernst Mayr y G.G. Simpson, entre otros, nació una concepción general e integradora, la teoría sintética de la evolución; la nueva teoría perfeccionaba la de Darwin a la luz, principalmente, de la teoría cromosómica de la herencia iniciada por Mendel y de la genética de poblaciones
.La teoría sintética de la evolución o neodarwinismo se caracteriza por:
  1. Un rechazo de la herencia de los caracteres adquiridos,
  2. La ratificación de los gradualismo en la evolución y
  3. El reconocimiento del mecanismo de la selección natural con sus dos fases actualizadas.
    Primera, la producción de mutaciones cromosómicas o variabilidad genética.
    Segunda, la selección de los portadores de dotación genética más favorable para hacer frente a las presiones ecológicas; éstos, estadísticamente hablante, tienen una probabilidad de supervivencia y de procreación más alta que el resto de la población
Hoy, el consenso entorno de la teoría sintética está debilitado. Ciertamente, es una teoría que se presenta con firmeza, pero con importantes dificultades u obstáculos. Dos muestras. El genetista y neodarwinista J. B. S. Haldane (1892-1964) argumenta que no se explica la permanencia de una especie cuando parte de sus individuos han evolucionado hacia formas más aptas constituyendo otra; una dificultad que es conocida como el «dilema de Haldane». El paleontólogo y neodarwinista S. J. Gould, partiendo del voluminoso registro fósil actual, no ve justificado hablar de proceso evolutivo gradual: la evolución ha avanzado mediante cambios súbitos, a saltos. Así, pues, hoy hay muchas y diversas maneras de considerarse darwinista.


 
2. Implicaciones

2.1 Generalización de la idea de evolución

Darwin se centró en la evolución biológica. Antes de él, Lyell había escrito sobre los mecanismos de la evolución geológica y, más anteriormente, una evolución cósmica había sido esbozada por Kant y Laplace. Por otro lado, unos cincuenta años antes de la publicación de El origen de las especies, la filosofía alemana dominante ya había defendido una concepción dinámica de la naturaleza y del propio pensamiento. El romántico Hegel (1770-1831) especulaba que todo está en proceso de superación, un desarrollo constante e total conocido como proceso dialéctico.No debe sorprender, pues, que después de Darwin se constatase o estableciese evolución en pluralidad de ámbitos, es decir, se generalizase la idea de evolución: evolución en el mundo físico, en el mundo social, en el mundo psíquico. El biólogo alemán Ernst Haeckel (1834-1919) fue unos de los primeros en extrapolar la evolución biológica; más allá de lo que permitía la ciencia del momento, intuyó que el proceso evolutivo no quedaba restringido a la biología, la evolución -decía- va «del átomo al hombre».

Evolución más allá de la biología
El pensador inglés Herbert Spencer (1820-1903) concibió la evolución como un principio cósmico que afecta a los humanos especialmente en su dimensión social. Subrayó, por influencia de su lamarkismo, que la mayor virtud es la adaptación al medio. Los individuos que con esfuerzos conscientes y exitosamente son capaces de adaptarse a las cambiantes necesidades del medio social, son los individuos que sobrevivirán y dominarán. Fue precisamente Spencer quién introdujo la expresión supervivencia del más fuerte; en el conjunto de su obra, la biología es utilizada para apoyar las tesis de la economía liberal inglesa. Muy posteriormente, Edward O. Wilson (nacido el 1929) con su polémica La sociobiología, publicada el 1975, aplicó de nuevo la biología y la teoría de la evolución a las ciencias sociales. Wilson ve las sociedades humanas, como las hormigas que tanto ha investigado, prisioneras de sus genes. Las hormigas son robots o animales altamente programados. Los humanos, en menor medida, también: en los nuestros genes se hallan escritos muchos de nuestros comportamiento, por ejemplo, la prohibición del incesto.

La idea de evolución también fue asumida por la naciente psicología. Unos de los pioneros, Francis Galton, primo de Darwin, inició la Psicología Diferencial; más tarde, se abrió camino la Psicología Genética. También, impregnado de evolucionismo, es el mismo psicoanálisis de Sigmund Freud, que identifica momentos evolutivos o etapas tanto en la trayectoria de crecimiento del individuo como en la formación cultural de la humanidad.

Este evolucionismo generalizado, desde el mundo inorgánico al mundo orgánico, desde la dimensión mental a la social, ha reforzado la vieja intuición de los primeros filósofos griegos según los cuales el cosmos tiene una unidad esencial y sólo puede ser comprendido desde una perspectiva global e integradora. Una concepción que hoy está más asumida, pero inaceptable por muchos coetáneos de Darwin y para los que el ser humano era único e inclasificable. Recordemos que el mismo Linné, el naturalista que elaboró la actual clasificación de los seres vivos en géneros y especies, hasta la décima edición (1758) de su majestuoso Systema naturae no hizo aparecer la expresión, por él introducida, «homo sapiens»: no se atrevía en incluir el ser humano dentro de el conjunto del mundo animal.


 
2.2 Versiones sociales del darwinismo

En su viaje de cinco años a bordo del Beagle, Darwin anotó muchas observaciones de la vida social (esclavitud, pobreza, agresiones…) de los diferentes lugares que visitaba. Escribió: «Si la miseria de nuestros pobres no se debe a la naturaleza sino a nuestras instituciones, grande es nuestra culpa». En vida suya ya comenzaron los intentos de fundamentar en la naturaleza tanto las organizaciones como las diferencias sociales. Así, el darwinismo, en versión social, incidió en los acontecimientos sociopolíticos del finales del siglo XIX y de todo el XX.

a.

En Alemania arraigó hondo el evolucionismo. Su historia reciente era interpretada como una confirmación de la idea de supervivencia de los más aptos. El 1871, doce años tras la publicación de El origen de las especies, Alemania salía victoriosa de la guerra francoprusiana; unificada y llena de entusiamo nacional, se proclamó, en el conquistado palacio de Versalles, el II Reich. Luchando, Alemania se elevaba por encima de todos. Un Imperio que le hacía falta, como las otras potencias europeas, poseer aún más colonias. Posteriormente, Hitler, apropiándose ideas de Nietzsche de raíz darwinista, loará las extraordinarias excelencias de la raza aria, la más idónea en la lucha por la vida. El suyo III Reich estaba destinado en durar mil años.


b.

En los EEUU enraizó también una versión social del darwinismo. La ética del cowboy, forjada en los tiempo de conquista del oeste, encajaba con la idea de lucha por la supervivencia. Un individualismo que valoraba la libertad, la desigualdad y el triunfo del fuerte. De un teórico norteamericano es la afirmación: «los millonarios son el resultado de la selección natural»: los débiles e incompetentes se han de aplastar, en la lucha por la vida no han tenido éxito. Las guerras coloniales o las imposiciones raciales representaban la irresistible tendencia del proceso evolutivo.


c.

En un contexto muy distinto, Karl Marx encontró en Darwin soporte para sus propias teorías, una versión social de las teorías biológicas de Darwin. Como la evolución biológica, la evolución social responde a unas leyes, unas leyes de transformación social que el marxismo buscaba. Y como en la evolución biológica, el cambio es hace con lucha, una lucha que conducirá a una sociedad mejor.


 
2.3 Del 'creacionismo - evolucionismo' al 'finalismo - azarismo'

La publicación de El origen de las especies desencadenó un nuevo conflicto entre ciencia y religión. A pesar de que Darwin declaraba que «no veía ninguna razón válida por la que las opiniones expuestas ahogasen los sentimientos religiosos de nadie», su pensamiento abrió duras polémicas.

Se iniciaba, pues, un apasionado debate entre partidarios de la evolución y partidarios de la creación. En un primer momento, creación y evolución aparecieron como dos conceptos totalmente contradictorios. Posteriormente, surgieron conciliaciones. Si interpretemos el relato bíblico de un modo literal, ciertamente, creacionismo y evolucionismo son concepciones contradictorias. Pero ya el papa Pio XII, en la encíclica Humani Generis, pontificó que el texto del Génesis se había de interpretar, que sólo indicaba que Dios intervino en la formación del mundo y del hombre, el 'cómo' es una cuestión que ha de aclarar la ciencia: en la Biblia no hay que buscar explicaciones científicas. Igualmente, creación y evolución son contradictorios si a la idea científica de evolución asociamos la idea filosófica de autonomía o de autosuficiencia de este proceso.


Para muchos creyentes, una creación desarrollada por evolución es tan admirable como el relato bíblico del Génesis. En esta línea es preciso entender la obra del paleontólogo y pensador cristiano Pierre Teilhard de Chardin(1881-1955), el objetivo de la cual fue conciliar cristianismo y evolucionismo. Concibe el hombre, no de un modo autónomo, sino en el marco de la naturaleza, formando parte de un universo en evolución ascendente, irreversible y lleno de intencionalidad: el universo, tal y como su nombre dice, tiende 'hacia Uno', un Absoluto o punto Omega que está implicado en todo el proceso evolutivo.

El conflicto creacionismo-evolucionismo se ha transformado hoy en el conflicto finalismo-azarismo, planteado en los siguientes términos: ¿el orden natural es resultado de un designio o finalidad, o bien es una realidad imprevisible y casual, un producto del azar?

La introducción de la idea de finalidad en la evolución proviene de un razonamiento analógico. Así como en la vida diaria sólo las operaciones conducidas según objetivos previstos dan buenos resultados, mientras que cuando se actúa sin propósito el orden no suele imponerse, análogamente, el proceso evolutivo constante, el crecimiento de orden y complejidad en la naturaleza, se explica por obra de un Agente que ha dotado de intencionalidad todo el proceso.

Creciente en orden y complejidad
Para los azaristas, esta argumentación no es más que una ilusión antropocéntrica. El hombre se cree un ser necesario, inevitable, un producto esperado desde siempre; la argumentación finalista no sería más que un desesperado esfuerzo para negar la contingencia humana. Para los azaristas como Jacques Monod y otros, los fracasos que la evolución muestra son prueba de falta de intencionalidad: la aparición del Homo sapiens es el resultado de una enorme lotería.


 
3. La grandeza de Darwin

Los pocos miles de años de vida humana no constituyen sino una etapa insignificante en relación al largo periodo en que se ha realizado la evolución de los seres vivos. La grandeza de Charles Darwin está en haber inferido este largo proceso de la vida. Imaginemos que una efímera, éste insecto que no vive más que un día, observase diferentes momentos de la vida humana: vería recién nacidos, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, viejos, pero no descubriría ningún desarrollo ni cambio.
La efímera Charles Darwin ha sabido ver más allá. De la ordenación sistemática de las especies existentes, es decir, de la clasificación de los animales, desde los organismos unicelulares, pasando por las diferentes formas de animales marinos, y siguiendo con los peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos, hasta el 'hombre, de esta ordenación sistemática, Darwin ha inferido una ordenación histórica de su génesis: la vida comenzó con unos primitivos seres vivos unicelulares y, en el curso de millones de años, ha continuado en formas cada vez más complejas hasta llegar al ser humano.

El creacionismo, el evolucionismo y la Biblia

En este artículo profundizaremos en la dicotomía evolución-creación, para llegar a la conclusión de que no son términos antagónicos. El creacionismo científico surgió como reacción ante el pujante evolucionismo materialista, una filosofía nociva para las ideas religiosas y morales de la sociedad americana. Su génesis se encuentra en la actividad de algunos grupos de fundamentalistas protestantes que se organizaron emprendiendo una amplia campaña con la que pretendían conseguir dos objetivos básicos: por una parte, mostrar que la Biblia proporciona conocimientos científicos acerca de la creación y que serían contrarios a las hipótesis evolucionistas; y, por otra, conseguir legalmente que en las clases de ciencia natural que se dan en las escuelas, junto con las teorías evolucionistas, se explique también, dedicando igual tiempo, el creacionismo como concepción alternativa.
Evolucion
La mentalidad de los creacionistas científicos se explica por la confluencia de tres factores. Uno es el fundamentalismo protestante que interpreta la Biblia de modo excesivamente literal y que, por tanto, fácilmente considera como científicas algunas informaciones que deben ser entendidas en el contexto del estilo empleado en esas narraciones. Así, el obispo anglicano de Armagh, Usher, a finales del siglo XVII, decidió, basándose en textos bíblicos, que el mundo había sido hecho en el 4004 a. C., cálculo que debió de parecer poco interesante a teólogos de mayor envergadura.
Otro factor es la historia de los Estados Unidos, que incluye contrastes ideológicos que se remontan a las causas y efectos de la guerra civil y que no han desaparecido por completo. Y un tercero es que, de hecho, se difunden tesis evolucionistas de tipo materialista y relativista, que se presentan como científicas pero realmente son extrapolaciones injustificadas carentes de base científica. El anti-evolucionismo es ya antiguo en grupos del Sur de los Estados Unidos. Después de la guerra civil no se consiguió una unidad religiosa. Los del Sur acusaban a los del Norte de estar infectados por un "espíritu liberal" que se manifestaría, por ejemplo, en afirmar, según el "espíritu" y no la "letra" de la Biblia, que debía condenarse la esclavitud. El Sur perdió la guerra, pero no estaba dispuesto a perder sus ideas, y se mantenía firme en convicciones que parecían tradicionales frente a la laxitud de los del Norte.

La Sociedad para la Investigación de la Creación

Henry M. Morris, antiguo profesor universitario, doctorado en Hidráulica, y un grupo de creacionistas como él, en 1963, organizaron la Sociedad para la Investigación de la Creación. En 1972, fundó el Creation Research ("Instituto para la Investigación de la Creación", ICR de San Diego, institución privada no lucrativa, cuyo objetivo original es publicar literatura creacionista y hacer campaña en las escuelas públicas en favor de las interpretaciones escriturísticas de los orígenes humanos. A pesar de presentarse como una organización de carácter apolítico y aconfesional, el ICR exige a todos sus miembros una confesión de fe sobre el fijismo de las especies creadas, la universalidad del diluvio y la realidad histórica de la Creación, según el Génesis. En 1981, Morris obtuvo la aprobación oficial para la escuela superior, que ofrece títulos en Ciencias de la Educación, Geología, Astrofísica, Geofísica y Biología. En 1986, consiguió trasladarse del campus deChristian Heritage College, en El Cajón, California, a su actual campus. Puesto que el ICR no está refrendado por la Western Association of Schools and Colleges, las escuelas más acreditadas no reconocerán sus títulos ni aceptarán sus créditos de clase para un traslado de matrícula.
Agiografo, escritor de la Biblia
El profesor Morris ha dicho que no es su intención solicitar un refrendo de la Western Association, a la que califica de "organización secular, muy comprometida con la teoría evolucionista". Y añade: la Biblia es "nuestro libro de texto sobre la ciencia del creacionismo"pues "estamos totalmente constreñidos a lo que Dios ha considerado adecuado decirnos y esa información es su palabra escrita." Y, en otro lugar: "Si el hombre desea saber algo acerca de la creación, su única fuente de información verdadera es la revelación divina". De tal modo, que la creación habría tenido lugar en días de 24 horas, excluyendo absolutamente toda evolución. Esta perspectiva es compartida por importantes teólogos protestantes de Princeton comoBenjamin WarfieldDuane Gish, el reverendo Jerry Falwell y el Sínodo Luterano de Missouri, de donde surgió un buen grupo de colaboradores de Henry Morris para organizar el "creacionismo científico" en 1963. Estos autores intentan poner de manifiesto el gran número de verdades científicas que han permanecido ocultas en sus páginas durante 30 siglos o más, y han puesto en el candelero este movimiento antes minoritario en los Estados Unidos, desde donde se ha difundido por todo el mundo.
Morris desautoriza abiertamente la biología evolucionista en uno de los libros en que ha colaborado, The Bible Has the Answer ("La Biblia tiene la respuesta"), donde se califica la "evolución" no sólo de "antibíblica y anticristiana, sino de absolutamente acientífica, además de imposible. Pero ha servido, efectivamente, de base pseudocientífica para el ateísmo, el agnosticismo, el socialismo, el fascismo y numerosas otras filosofías falsas y peligrosas de los últimos cien años".

El "creacionismo científico"

Parece que estas corrientes, que han confluido en el "creacionismo científico", ven en el evolucionismo un poderoso aliado del materialismo moderno que pretende difundir a gran escala una visión relativista y atea que socava los fundamentos mismos de la civilización humana. George Marsden, profesor de Historia en Michigan, afirma que los creacionistas científicos han identificado correctamente el contenido materialista de gran impacto social que se presenta apoyado en el evolucionismo. Cita como ejemplo la popular serie televisiva Cosmos, de Carl Sagan, que trasluce una clara visión anti-creacionista. Y señala que los creacionistas han percibido esa filosofía nociva para las ideas religiosas y morales básicas de la civilización, concluyendo, aunque no justificando, que "los defensores dogmáticos de mitologías evolucionistas anti-sobrenaturalistas constituyen una invitación a responder del mismo modo".
No existe la alternativa evolución-creación, como si se tratara de dos posturas entre las que hubiera que elegir.
En la práctica, el creacionismo utiliza argumentos basados en el razonamiento lógico de que, si la teoría evolucionista tiene fallos y puntos débiles o no puede dar razón de algunos hechos, quedaría demostrado que el creacionismo es correcto. Sus argumentos suponen que sólo existen dos opciones: el creacionismo o el evolucionismo darwinista. Los creacionistas científicos se han servido de los debates evolucionistas recientes como pretexto para afirmar que el darwinismo está a punto de ser destruido, con lo cual su posición quedaría como la única alternativa razonable. Sin embargo, no han tenido en cuenta que el deseo de proponer y discutir nuevas hipótesis, lejos de anunciar el inminente colapso de una teoría, se considera, en general, como un signo de vitalidad científica. La hipótesis creacionista, en cambio, armoniza bastante mal -literalmente entendida- con los datos científicos. Como la mayor parte de los creacionistas sostienen que el mundo fue creado casi instantáneamente hace unos pocos miles de años, ellos se oponen no sólo a la teoría de la evolución, sino a toda interpretación científica del pasado. Si prevaleciera esta posición, la Geología, la Paleontología, la Arqueología e incluso la Cosmología deberían reformularse de forma que la ciencia retornaría a un marco teórico propio del siglo XVIII.

El evolucionismo radical

En el otro bando de la contienda, se encuentra el evolucionismo radical. Sus defensores han visto en las teorías evolucionistas la prueba científica de que no es admisible la creación. El origen del universo y del hombre se explican sin necesidad de recurrir a la existencia de un Dios creador, noción que ha sido superada por el avance científico. El hombre no es más que un producto de la evolución al azar de la materia, y los valores humanos son algo casual y relativo, ya que están en función de las condiciones en que se ha realizado dicha evolución material. Con estos presupuestos, las iniciativas jurídicas y educativas de los creacionistas han sido contrarrestadas directa y contundentemente por los defensores del evolucionismo. Por ejemplo, el Dr. Wayne Moyer, director ejecutivo de la Asociación Americana de Profesores de Biología, ha hecho un llamamiento a los profesores universitarios para que ayuden a los maestros a oponerse al intento de introducir en las clases de Biología una "teología disfrazada de ciencia".
Pero, debemos plantear esta polémica en sus justos términos. La realidad es que la evolución como hecho científico y la creación divina se encuentran en dos planos diferentes: no existe la alternativa evolución-creación, como si se tratara de dos posturas entre las que hubiera que elegir. Se puede admitir la existencia de la evolución y, al mismo tiempo, de la creación divina. Si el hecho de la evolución es un problema que ha de abordarse mediante los conocimientos científico-experimentales, la necesidad de la creación divina responde a razonamientos metafísicos. En sentido estricto, creación significa "la producción de algo a partir de la nada". En ningún proceso natural se puede dar una creación propiamente dicha: los seres naturales, desde las piedras hasta el hombre, sólo pueden actuar transformando algo que ya existe. La naturaleza no puede ser creativa en sentido absoluto. El hecho de la creación, así entendido, no choca con la posibilidad de que unos seres surgieran a partir de otros.
Dinosaurios
Evolución y creación divina no son necesariamente, por tanto, términos contradictorios. Podría haber una evolución dentro de la realidad creada, de tal manera que, quien sostenga el evolucionismo, no tiene motivo alguno para negar la creación. Dicha creación es necesaria, tanto si hubiera evolución como si no, pues se requiere para dar razón de lo que existe, mientras que la evolución sólo se refiere a transformaciones entre seres ya existentes. En este sentido, la evolución presupone la creación. Pero es que, además, quien admite la creación -así entendida-, tiene una libertad total para admitir cualquier teoría científica. Quien no admita la creación, necesariamente deberá admitir que todo lo que existe actualmente proviene de otros seres, y éstos provienen de otros, y así sucesiva e indefinidamente, de manera que todos y cada uno de los seres que existen deben tener un origen trazado por la evolución. Aunque pueda resultar paradójico, es el evolucionista radical quien viola las exigencias de rigor del método científico, pues se ve forzado a admitir unas hipótesis que no pertenecen al ámbito científico, y deberá admitirlas aunque no pueden probarse.
No hay, por tanto, necesidad de plantear ningún conflicto entre ciencia y religión. Esto es lo que postulan, al menos, destacados científicos evolucionistas. John McIntyre, profesor de Física en la Universidad de Texas, confiesa la frustración que experimenta por el hecho de que los "antievolucionistas" hayan usurpado el término "creacionismo", e insiste en que es del todo posible conciliar las creencias cristianas en un Dios creador con la idea de que la vida haya evolucionado a través del tiempo. Por su parte, el paleontólogo neodarwinista G. G. Simpson, asegura:
 "Ningún credo, salvo el de las fanáticas sectas fundamentalistas -que son una minoría protestante en EE.UU.-, reconoce por dogma el rechazo de la evolución. Muchos profesores, religiosos y laicos, la aceptan, en cambio, como un hecho. Y muchos evolucionistas son hombres de profunda fe. Además, los evolucionistas pueden ser también creacionistas".
Martin Gardner, colaborador habitual de la revista Investigación y Ciencia, creador de juegos matemáticos y autor de libros de divulgación científica de calidad, sostiene:"No conozco ningún teólogo protestante o católico fuera de los círculos fundamentalistas que no haya aceptado el hecho de la evolución, aunque puede que insistan en que Dios ha dirigido el proceso e infundido el alma a los primeros seres humanos".
Por lo que hace a la polémica, el panorama no es muy halagüeño. Sin embargo, queda la esperanza de que se impongan los análisis serenos. El creacionismo científico y el evolucionismo radical se alimentan mutuamente. Hoy por hoy, el evolucionismo radical parece el contrincante más fuerte: su poder y difusión están aliados con una mentalidad pragmatista muy extendida, en la que la ciencia es para muchos la única fuente de la verdad. La batalla no tendrá final, mientras no se disipe el error en que incurren ambas posturas con sus extrapolaciones. Porque ni la Biblia contiene datos científicos desconocidos en la época en que fue escrita, ni tampoco es legítimo ni científico negar lo que no se alcanza mediante la ciencia. Existen dos parcelas autónomas del saber humano -Filosofía y Ciencia- que no se pueden trasvasar sin caer en extrapolaciones inadmisibles o en una peligrosa pirueta conceptual. El problema desaparece cuando se advierte que evolución y creación divina se encuentran en planos distintos y, por lo tanto, no se excluyen mutuamente, aunque haya un tipo de "evolucionismo" que es incompatible con la admisión de la creación y un tipo de "creacionismo" que es incompatible con la aceptación de la evolución.

jueves, 9 de febrero de 2012

La esclavitud ha tenido también un componente religioso




Robert C. Davis, historiador de la Ohio State University de Estados Unidos, acaba de publicar un libro en el que explica y denuncia la enorme importancia que lo que llama la “esclavitud por Fe” tuvo en la región del Mediterráneo entre los siglos XVI y XIX. Según Davis, esta esclavitud afectó a millones de cristianos y musulmanes de la época, pero ha sido obviada por la historia desde siempre, porque presenta una imagen de los cristianos opuesta a la cultivada en los últimos siglos, y que pretendía mostrar a los europeos como conquistadores y triunfadores, nunca como esclavos. Por Yaiza Martínez

.La esclavitud, de Jean-Baptiste Debret. Fuente: Wikimedia Commons.basado siempre en la opresión racial, una investigación reciente realizada por Robert C. Davis, profesor de historia de la Ohio State University de Estados Unidos, ha revelado que, en el pasado, la esclavitud estuvo a menudo más basada en la religión que en la raza. 


Entre los siglos XVI y XIX, la esclavitud se extendió en Europa, África y Oriente Medio a raíz de los largos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos. En este periodo, al menos tres millones de personas de ambas religiones fueron esclavizadas por sus enemigos, asegura Davis. 

Según publica la Ohio State University en un comunicado, el autor ha acuñado el término “esclavitud por fe” para este fenómeno, sobre el que escribe en un libro recientemente publicado bajo el título “Holy War and Human Bondage: Tales of Christian-Muslim Slavery in the Early-Modern Mediterranean" (Guerra Santa y esclavitud humana: historia de la esclavitud cristiano-musulmana en la temprana edad moderna mediterránea). 

Equilibrio de fuerzas 

En su investigación, Davis estimó que, durante esos tres siglos, más de un millón de musulmanes fue esclavizado en Europa, y que otros dos millones de cristianos tuvieron un destino similar en el Norte de África y en Oriente Próximo. 

En aquella época, explica el historiador, las fuerzas del Islam y del Cristianismo estaban mucho más equilibradas, y ambos imperios tenían un poder similar en el mundo. En este contexto histórico, la esclavitud en la región del Mediterráneo estuvo ampliamente extendida y fue brutal. 

Por ejemplo, los piratas musulmanes capturaban barcos y asaltaban ciudades costeras del Mediterráneo y del Atlántico para buscar mujeres, hombres y niños para esclavizarlos. 

Los hombres eran enviados a remar en los barcos, a trabajar en construcciones muy dificultosas o a picar en canteras de piedra; mientras que las mujeres eran explotadas en labores del hogar o en harenes. También muchos miles de musulmanes fueron capturados y esclavizados en Italia, España y Malta.
Metodología de medición 

Para calcular la cantidad de personas que fueron esclavizadas en la época, Davis había desarrollado anteriormente una metodología específica: tomando las mejores estimaciones contemporáneas sobre cuántos esclavos estuvieron en cada localización en un tiempo dado, calculó cuántos nuevos esclavos reemplazarían a los esclavos muertos, escapados o liberados. 

En su nuevo libro, el investigador extendió esta misma metodología al cálculo de la cantidad de cristianos esclavizados en Oriente Próximo, y a la cantidad de esclavos musulmanes presentes en la Europa cristiana. 

Así, quedó claro que la esclavitud por fe en el mediterráneo no fue un fenómeno menor, como muchos historiadores han asumido, sino que constituyó un amplio negocio y una parte vital de la economía y del tejido social de la época. 

Esclavitud desconocida 

Dada la constatación de la magnitud y el impacto históricos de la esclavitud por fe, Davis se ha preguntado a menudo por qué mucha gente la desconoce y ésta no se enseña en las escuelas. 

Según el investigador, el origen de este desconocimiento podría estar en que la esclavitud por fe no encaja en las narraciones históricas que la población occidental tiende a asumir. 

Desde el descubrimiento de América en 1492 y hasta el siglo XX, la historia se ha centrado en la expansión colonial europea, y en la imposición del poder blanco europeo en el mundo. La esclavitud por fe no encajaría con la idea de los europeos triunfantes, puesto que muestra que éstos también estuvieron sometidos en algún momento. 

Estos esclavizados por su fe fueron tratados de manera similar a como lo fueron los esclavos africanos, afirma Davis: padecieron jornadas laborales interminables, fueron sometidos a labores de alto riesgo, estuvieron mal alimentados y fueron brutalmente maltratados. 

La esclavitud racial sólo se diferenció de la esclavitud por fe en el número de víctimas: entre 10 y 12 millones de africanos negros fueron esclavizados tras el descubrimiento de América, alrededor de tres veces el número de personas (entre tres y cuatro millones) que fueron esclavizadas en el Mediterráneo entre 1500 y 1800. 

Davis espera que la presente investigación ayude a que la gente recuerde una realidad histórica a menudo olvidada o ignorada. La esclavitud racial y la esclavitud por fe son consideradas por el autor de este estudio dos “enormes errores” fruto de una moral equivocada.
Religion en la esclavitud y practicas magicas
En 1755 se legalizaron los cabildos, asociaciones compuestas por africa­nos de una misma tribu o nación, que eran organizaciones de carácter religioso pero también sociales y pro­tectoras de sus miembros. Santería, palo monte y abakuá son hoy las prácticas rituales más importantes.

Los abakuás veneran al pez llama­do Tanse, animal sagrado que encier­ra secreto mágicos y fuerzas sobrana­turales, si bien el pez también es un símbolo cristiano. Tanse es evocado por los abakuás a través del tambor sagrado, el ekue, que significa en len­gua efik «leopardo», siempre invisible. Ataviados con atuendos coloristas, los íreme o diablitos danzan siguiendo el ritmo, se representa originalmente el ciclo vital: nacimiento, maternidad, cénit de la vida, vejez y muerte.
Pero los sacerdotes (santeros) no son meros maestros de ceremonia, sino también intérpretes del futuro. Tanto en el abakuá como en la san­tería hay una diosa mayor llamada Ochún y otros veinte dioses llamados orishas. Dada la fuerte presión a con­vertirse al catolicismo, los afrocuba­nos empezaron a disimular a sus dio­ses cubriéndolos con los mantos de los santos católicos. Resulta difícil determinar si intentaban así camuf­larlos o si creían reencontrar a sus deidades en los santos cristianos.

En la analogía con el catolicismo, el sexo de las divinidades no corre­sponde ai de los santos, pero esto molestaba poco, sobre todo porque muchos dioses africanos son her­mafroditas. Ochún es la Venus de los lucumís, diosa del amor y la sexuali­dad símbolo de la coquetería y la vanidad. Su gemela católica es la Virgen Maria a la que rezan muchas cubanas sin hijos. Obbatalá es el hijo del dios supremo Olofi, quien ordenó a Obbatalá la creación del hombre. Simboliza la edad eterna, la paz y la concordia. Oyá es la diosa de la muerte y dueña del cementerio y de los vientos; Babalú Ayé es el dios de las enfermedades; Yemayá es madre de la vida y diosa de las aguas, pro­tectora de la maternidad y de los marineros; Olokun, dueño de la pro­fundidad del océano, no puede ser evocado por un sacerdote de santería sin arriesgarse a morir en el éxtasis.
Durante la danza ritual los tam­bores botá dan ritmo a los bailarines llamando a los orishas a que se ma­nifiestan en el éxtasis. Cada tambor tiene su propia voz y función. Canto de evocación, humo de puro, "Velas ahumantes cargan la atmósfera.
También los colores desempeñan un significativo papel, porqne se asig­na a cada deidad y a su correspondi­ente santo cristiano un color caracte­rístico. Los dioses se aplacan con ofreodas de flores y animales. Estaveneración a los santos tiene hoy en día una gran importancia para cual­quier cubano indepentdientemente del color de su piel.
Guanabacoa y regla, barrios de La Habana son considerados centros pricipales de la santeria. En el culto palo monte no se venera a los dioses sino a fuerzas existentes en el mundo.

EI círculo domina la representación ­del esprítitu Mamá Kengue Obbatalá (ocha-santería) - Las Merce­des (catolicismo) (@@@@@@@ 58, n° 5). El círculo rodeado de rayas paralelas de dos en dos representa el sol. Las líneas paralelas que rodean al sol son los pilares de la sabiduría. El punto interior representa el nacimiento del ser humano. Por lo tanto, el ser hu­mano está bajo la jurisdicción de Olofi (Dios). Las flechas superiores significan el movimiento fluido de lo físico y lo mental.
Makuto Judío (@@@@página 60, n° 12)
El círculo representa el espíritu del nfumbe que ha sido dedicado para el daño (se le llama judío). La línea horizontal es el camino interrumpido por las encrucijadas del consultante. Las flechas cruzadas inferiores signi­fican los grandes poderes físicos y mentales; el círculo de espíritu que se levanta poderoso en su fluir hacia la flecha de la derecha tiene el signi­ficado de dirigir estos poderes al desenvolvimiento positivo.
Kalunga (@@@@página 58, n° 4)
El cír­culo representa la luna llena que influye en la fuente vital: el agua. Lo mismo el mar que el río.
La flecha vertical representa el mar en toda su universalidad y misterio profundo. La flecha horizontal representa los ríos caudalosos, riachuelos, lagunas que convergen en el mar. Son las venas de la Tierra. El majá o ñoca es la protectora de todas estas fuerzas místicas en su conjunto. Las cruces representan la espiritualidad de la nganga.
Kunanquisa (Odudúa) - Tiembla Tierra - Mamá Kengue (Obbatalá) (@@@@Página 58, n° 3) El triángulo repre­senta el fuego del interior de la Tierra, el renacimiento espiritual. El semicírculo apoyado en una línea vertical simboliza el creciente de la conciencia, la línea del destino que lucha en dirección ascendente para llegar a manifestarse como percepción espiritual. Los círculos represen­tan la realidad concreta del mundo de los conocimientos.

Lucero (@@@@Página 60, n° 13) El trián­gulo del que parte la flecha central significa el fuego que al encender la fula (pólvora) hace vibrar el espíritu que vive en la prenda o nganga. La flecha en posición vertical alcanza lo superior. Las flechas que se cruzan, una indica dualidad entre lo físico y lo mental y la otra representa estos dos grandes poderes. El sol es el sím­bolo de lo infinito. Las flechas interi­ores representan la ampliación de lo físico y lo mental. Las tres flechas superiores significan el movimiento fluido de los físico y lo mental.Nfuiri (@@@@Página 59, n° 8) Flecha central que se dirige al infinito de su inmaterialidad. Círculos atravesados con flechas es el espíritu en una di­rección: la naturaleza animal y en la otra, la espiritual. El triángulo dividi­do en dos representa la materia y el espíritu que se despiden en su repre­sentación material de la Krillumba con seis elementos que conformaron al difunto. La flecha que entrelaza la parte inferior es la representación de la ñoca o majá, guardián de la espiri­tualidad del muerto.Baluande-Yemayá (@@@@página 61, n° 16) [Baluande-Yemayá-siete mares en tor­menta] La flecha vertical: eje central del nfumbe-espíritu. Flechas horizon­tales formadas por los siete mares: mar Caribe (turbulento), mar del Norte (muy turbulento), mar Rojo (normal), mar Negro (normal), mar Báltico (turbulento), mar Caspio (tran­quilo) y mar Muerto (tranquilo). El triángulo significa el fuego que que ma. Los semicírculos representan el plomo y el hierro.

Centella Sácara Empeño (@@@@página 59, n° 7) Sincretismo en la Brillumba con el Ánima Sola. Hechas a la izqui­erda para guerrear y a su vez abrir el camino hacia un trabajo para el daño.
En la finna central obedece a la comunicación con el espíritu de la prenda-nganga para trabajar el mal que se desee. Las cruces tratan de nivelar los efectos del trabajo para mal oficiados por el Tata o Padre. Los círculos corresponden a los malos espíritus. Las flechas enroscadas representan la ñoca, majá de Santa-­maria, oriundo de Cuba. La flecha que envuelve al círculo es para cim­brar a esos espíritus y que obedezcan el mandato de ngueyo (iniciado) que lo pide.
Kengue - Obbatalá (santería) - Las Mercedes (catolicismo) (@@@@Página 61, n° 17) Las flechas con las formacio­nes irregulares representan ríos, mares. tempestades, lomas: la crea­ción en su universo. La flecha cen­tral, la firmeza en la tierra (Ntoto) y la finneza en el firmamento (Nsulu).
Sarabanda Muñunga Tarambele Ndoki (Pagina 59, n° 6)
Zarabanda: Brillumba sincretiza a San Pedro.
Tarambele: Brillumba sincretiza a San Roque.
Muñunga: Ánima Sola: Antonia Gervasio (Creencias Populares).
Ndoki: representación del espíritu malo.
Flecha central: Guerra-luna en men­guante.
Flecha horizontal: siete rayos para la guerra.o : espíritus malos.+ : espíritus buenos.Flecha que envuelve la central: ñoca o majá (fuerza protectora). Semicírculo: representación de la loma donde va el trabajo y las nueve flechas representan el cementerio.Firma para espantar un espíritu (@@@@Página 60, n° 11) La flecha central indica en este caso el camino a seguir por el espíritu perturbado cuando ha sido desencarnado. La flecha irregu­lar representa un espíritu que en vida fue un signo astrológico de agua, por lo tanto es río. Las cruces y los círcu­los son las vibraciones positivas y negativas en contraposición y equili­brio. El signo de la izquierda es un creciente de la conciencia que fluye hacia arriba al círculo del espíritu, repitiéndose para terminar finalmen­te con la línea recta inclinada para alcanzar su objetivo, terminando en la flecha del deseo. Las dos flechas superiores indican la dualidad entre el mal físico y el mental.

Traducción al español de
Cristina Peláez
 ESCLAVOS O HIJOS
OBLIGACION O AMOR
P o r
George Davis
siervo, -va 
m. f. Esclavo.siervo, sierva
sustantivo
esclavo, ilota*, vasallo. señor, amo, jefe, libre.
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
Nombre que una persona se da a sí misma respecto de otra para mostrarle obsequio y rendimiento.
catol. siervo de Dios Persona que sirve a Dios y guarda sus preceptos; persona muy cuitada, pobre hombre.
rel. Persona que profesa en una orden o comunidad religiosa que por humildad se denomina así.
_____________________________________
Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es 
señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores
1
 hasta el tiempo señalado por el padre. Así 
también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos
2
 del mundo. 
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la 
ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos  la adopción de 
hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: 
¡Abba,  Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio 
de Cristo. (Gál. 4:1-7)
El “esclavo” y el “hijo” en  este pasaje de Gálatas representan dos aproximaciones completamente 
diferentes a Dios,  resultando en dos realidades diametralmente opuestas. El uno conduce a la 
libertad, el otro a la esclavitud. Uno busca la gloria del hombre, el otro la exaltación de la persona y 
obra de Cristo. Si bien el pasaje de arriba fue escrito cerca de 1900 años atrás, el dilema que allí se 
discute es todavía relevante y corriente al Cristianismo contemporáneo. Como lo fue en los días de 
Pablo, así es hoy en día, y cada “creyente” encajará en una de estas dos categorías: esclavos o 
hijos.
ESCLAVOS
Para los esclavos, la idea de dirigirse directamente a Dios es muy radical. Ellos saben poco del 
testimonio interior del Espíritu Santo que los lleva a toda verdad. Su camino preferido para ser 
guiados es el gobierno externo, por ejemplo, tutores y curadores. El guardián o maestro es la ley. 
(Compare Gálatas 3:34-35). Los esclavos bajo el maestro están en esclavitud bajo lo que Pablo 
llama “los rudimentos del mundo”. Tal vez usted se pregunte, ¿Qué son los rudimentos del mundo?
LOS RUDIMENTOS DEL MUNDO
En el versículo nueve del mismo capitulo, Pablo prosigue indagando a los creyentes Gálatas con esta 
pregunta: “…mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que 
os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?”. 
A lo que Pablo se estaba refiriendo con eso de débiles y pobres rudimentos es la clase de 
conocimiento religioso que existía entre los judíos antes que viniera Cristo, los principios básicos de 
religión. Refiriéndose a esa religión, Pablo escribió: “Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y 
corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud (Gál. 4:25). 
Pablo no se andaba con rodeos; para el la religión era sinónimo de esclavitud.
Pablo también advirtió a los creyentes de Colosas de cuidarse de ser  convencidos o ser  llevados 
cautivos  “por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Col. 2:8). Esta es la antigua opción que 
tenemos frente a nosotros, los rudimentos del mundo o Cristo, los débiles y pobres  rudimentos o 
Cristo, religión o Cristo. La palabra rudimentos aquí es la misma palabra griega  stoicheion que 
también se traduce  elementos en nuestros textos. Pablo continua preguntando “Pues si habéis 
muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos (elementos) del mundo, ¿por qué, como si vivieseis 
en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques…” Los 
principios básicos del mundo efectivamente tienen apariencia de sabiduría, pero no son sabiduría. 
Solo parecen serlo. Son auto impuestos, rigurosos, y motivados por falsa humildad. (Ver Col. 2:20). 
Estos principios mundanos alientan la negación y sometimiento del cuerpo, pero no tienen ningún 

 valor en someter la carne o la naturaleza pecaminosa. Solo hay una cura para la carne, y esa es la 
cruz.
Esclavos bajo el maestro (la ley) intentan relacionarse con Dios a través de preceptos y tradiciones 
externas. “Solo piensan en lo terrenal” (Fil. 3:19). Están preocupados con el mantenimiento de sus 
templos y la perfecta ejecución de sus cultos, arreglos, rituales, y ceremonias. Su acercarse a Dios 
está movido primeramente por la voluntad humana; de ahí el término culto voluntario (Col. 2:23). 
Su foco está en lo externo y observable de la ceremonia. Ellos encuentran seguridad en los 
estatutos y credos. Se involucran en abstinencias y austera disciplina propia; la misma clase que 
Pablo dijo que no tenía valor alguno contra los apetitos de la carne. Porque si por la energía de la 
carne usted intenta someter a la carne, la carne se hace más fuerte. Es como combatir el fuego con 
gasolina. El esclavo está motivado por el temor y lúgubres tareas religiosas. Como esclavos bajo el 
maestro, ellos están atados; atados por obligaciones para cumplir la ley de una religión sin Espíritu. 
Peor aun, por medio de evitar la cruz, en un intento de someter la naturaleza pecaminosa en sus 
propias fuerzas, se han vuelto enemigos de la cruz.
En su excelente artículo titulado “En búsqueda de la Identidad”, Douglas Weaver escribió:
“Porque nada pervierte y cambia más el propósito de Dios que nuestros bien intencionados, nobles, 
y temerosos intentos de seguir a Jesús.”
¡Cuan cierto! Efectivamente nada es tan detestable para Dios y tan honorable para el hombre como 
lo es la carne religiosa. El hombre siempre alaba lo que ve como excelencia humana. El aplaudirá el 
sudor y la tenacidad humana. El se impresiona con la fortaleza e inteligencia humana. La religión se 
mueve por la pura fuerza del remar humano. Usted debe remar, y remar, y luego seguir remando. 
Cuanto más fuerte usted rema, más grande es la ilusión de que usted realmente está yendo hacia 
algún lugar. La religión seguramente debe tener solo un remo en el agua, porque siempre termina 
exactamente donde empezó. ¡No es así con el Cristianismo! El verdadero Cristianismo es impulsado 
solamente por Cristo; Cristo más nada.
James A. Fowler enfoca este punto por medio de hacer la conmovedora pregunta: “La pregunta 
hipotética puede hacerse, “¿Si Dios pudiera y muriera esta noche, que pasaría mañana con “la 
religión cristiana?” ¡La respuesta es nada! ¡La religión cristiana seguiría funcionando como si nada, 
porque Jesucristo, como Dios, no es de todos modos la esencia y la dinámica de lo que ellos están 
haciendo! ¡Si Dios muriera esta noche, para la religión mañana sería un día laboral como todos! 
¡Para la religión Cristiana no es necesario Dios en Cristo; solo hombre y dinero!
Por otro lado, el Cristianismo genuino requiere la presencia y funcionamiento de la vida y persona 
del viviente Señor Jesús. ¡Cristianismo es Cristo! Jesucristo no es solo el fundador histórico de la 
religión Cristiana; El es la esencia espiritual vital del Cristianismo. Esta es su función ontológica
3
dinámica dentro de la humanidad receptiva. Otra pregunta hipotética puede ser hecha. ¿Si usted 
pudiera sacar a Cristo fuera del Cristianismo, que quedaría? Nuevamente es posible responder, 
“¡Nada!” O es posible que si usted quitara a Cristo fuera del Cristianismo, todo lo le quedaría es su 
propia orientación personal, su propia y perpetua religión de “Yo-ismo”.
HIJOS
A diferencia de aquellos que son guiados y gobernados externamente por el maestro,  aquellos 
herederos que han recibido lo que Pablo llama “la adopción de hijos”, tienen una motivación 
completamente diferente. El Espíritu de los Hijos de Dios que claman “Abba Padre”, los mueve. Ellos 
son movidos a la acción por el mismo Espíritu de Jesús. El Espíritu de Amor es el cumplimiento de la 
ley en carácter y acción. Es posible cumplir externamente a las expectativas de la ley, mientras que 
internamente esta por debajo de la gloria de Dios (Fil. 3:6). Debido a que la ley era para reflejar el 
carácter tanto santo como amoroso de Dios, el que guarda la ley debe entonces obedecer en pureza 
de carácter y acción. Si bien el hombre puede obedecer en cuanto  a  acción, ciertamente fallará 
cuando se trata de pureza de carácter. El hombre no pudo guardar la ley así como no pudo hacerse 
                                                
3
 Real. De pura existencia.2
a sí mismo puro y santo. El hombre está esencialmente equivocado, falla a la gloria de Dios no solo 
en acción, sino también en esencia . La ley fue dada para revelar este dilema.
Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda 
boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley 
ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el
conocimiento del pecado. (Rom. 3:19-20)
La ley no pudo redimir al pecador; solo demostró cuan pecador es. Es imposible para el hombre 
mortal el guardar verdaderamente la ley. No fue dada para ser guardada, sino para ser trasgredida 
y así probar la ineficiencia del hombre, para que cada uno aparezca culpable ante Dios, sabiendo 
cuan inútil es nuestra condición. La ley probó que no importa lo que el hombre haga, el está 
esencialmente errado; es un pecador. El hombre no es un pecador porque peca; el peca porque es 
un pecador. Lo que hace fluye de lo que es, fuera de lo que es por dentro. Jesús hizo esta pregunta 
a los Fariseos: “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la 
abundancia del corazón habla la boca” (Mat. 12:34). Ellos eran esencialmente malos por naturaleza, 
en las mismas fibras de su ser. Ellos eran pecadores religiosos. Religión es el intento de hacer lo 
correcto sin una transformación interior, para parecer bueno por fuera.
“Yo he visto que el reino debe ser interno antes que externo, que es un reino de ideas, y no uno de 
fuerza bruta; que Su gobierno es sobre los corazones,  no sobre lugares; que Sus victorias deben 
ser por dentro antes que por fuera; que El busca controlar espíritus en vez de cuerpos; que ningún 
triunfo Le puede satisfacer que no sea un triunfo sobre el corazón; que  e n   suma, donde Dios 
realmente reina, la rendición deber ser una rendición interna del convicto hombre libre, y no 
meramente la rendición externa de un esclavo conquistado. Milton dijo: ‘Quien vence por la fuerza 
solo ha conquistado la mitad de su pie’, y he visto que esto es cierto”. (Hannah Whitehall Smith)
Jesús, refiriéndose a la justicia puramente externa de los escribas y fariseos, dijo:  “Porque os digo 
que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de 
los cielos” (Mat. 5:20). Como sepulcros blanqueados, ellos estaban adornados por fuera, pero por 
dentro era otro asunto. Ellos estaban esencial y cualitativamente errados. Pablo indicó que guardar 
las observancias externas de la ley era tener su propia justicia. “…no teniendo mi propia justicia, 
que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe…” (Fil. 3:9). 
Debemos asumir que lo mejor que uno puede desear para ser perfectamente obediente a la letra de 
la ley es su propia justicia. Sin mancha o no, con todo no es la justicia de Dios, y todavía está por 
debajo de la gloria de Dios.
El amor es el cumplimiento de la ley (Rom. 13:10). Toda la ley se cumple en una palabra, aun en 
esto, amarás a tu prójimo como a ti mismo (Gál. 5:14).  Es muy importante que hagamos esta 
distinción. Si su justicia depende de su pureza, no es la justicia de Cristo, es nuestra, y debido a eso 
no es aceptable para Dios. La justicia que es por la ley debe contarse como pérdida si hemos de 
ganar a Cristo. (Vea Fil. 3:6-8)
Yo creo que una de las necesidades urgentes en esta hora es que los hijos de Dios entiendan  estas 
verdades para que sean liberados de la esclavitud del guardián a la gloriosa libertad de los hijos e 
hijas de Dios. 
En vez de la esclavitud de estar obligados a una mecánica, y sí, cristianizada adherencia a la ley, los 
hijos de Dios deben ser libres para seguir el gemir interno del Espíritu de Cristo. Libres para 
responder a esos avisos del Espíritu que son en sí mismos el cumplimiento de la ley. Los hijos e 
hijas de Dios que han recibido el Espíritu de su Hijo sirven sin ningún deseo de recompensa. Se les 
ha dado el Espíritu de Jesús, el Espíritu que anhela la victoria del Padre, el Espíritu apasionado por 
un deseo de agradarlo, el Espíritu que valora la honra que viene de Dios. El Amor es esa pasión 
inexplicable por el éxito y bienestar del otro, y estos hijos son conducidos por tal pasión. Una pasión 
tan intensa que si es necesario, ellos darán sus vidas por los que aman. A diferencia del esclavo que 
está bajo guardia quien esta motivado por un triste sentido de obligación religiosa, esos hijos que
conocen el Espíritu que clama “Abba Padre”, entienden lo que significa ser controlados por el amor.
El Espíritu de Cristo obra en ellos una divina voluntad de hacer. Esto es mucho más que religión, 3
tanto más que las formas externas de religión, es una justicia que excede lo puramente externo. El 
poder y la pasión del amor inspira y capacita a estos hijos e hijas de Dios.
El engaño favorito de Satanás es engañar a los hijos de Dios para ver al Cristianismo como un 
sistema religioso en vez de una unión viva con Cristo; ver al Cristianismo como una disciplina, y la 
verdad como un cuerpo de doctrinas. Si este truco tiene éxito, el los pude llevar cautivos en 
cadenas de esclavitud de filosofías y tradiciones del hombres. El primer paso hacia esta esclavitud 
es  ver al Cristianismo como cualquier otra cosa que una unión vital con Cristo. El verdadero 
Cristianismo no puede ser llevado a cabo bajo los débiles y pobres elementos de este mundo. La 
verdadera obediencia no es observar a regañadientes y a puño cerrado a cada abrumadora lista de 
“hacer” y “no hacer”. Es Cristo, el perfecto Hijo, viviendo Su perfección a través nuestro. Si bien 
ellos saben que la cruz puesta frente a ellos les puede causar indecibles penas y sufrimientos, esos 
hijos e hijas motivados por el Espíritu de Jesús, con todo claman: “Mas no se haga mi voluntad, sino 
la tuya”. Este es el Espíritu de Jesús, el Hijo que voluntariamente transitó la Vía Dolorosa llevando 
Su cruz y la mía. Es el Espíritu de tal amor que lleva voluntariamente los horrores del calvario. Son 
esos que guiados por este Espíritu quienes son hijos e hijas de Dios (Rom. 8:14).
Esos pobres y subyugados esclavos quienes todavía intentan ser gobernador por el maestro, ¿no 
saben que el maestro era para llevarnos a Cristo? ¿No saben que la escuela no está afuera, sino 
cerrada, y que el maestro esta sin trabajo? (Gál. 3:24,25). Muchos aun buscan al viejo maestro 
para clases privadas, queriendo volver bajo su demandante, cruel, y predecible tutelaje. ¿No saben 
que están volviendo a los débiles y pobres elementos? Dios ofrece adopción, pero ellos prefieren la 
esclavitud. Ellos ansiosamente extienden sus pies a los grillos, y sus muñecas y cuello al cepo.
Somos llamados como herederos. ¡No somos esclavos que debemos servir debido al temor y a la 
obligación! Somos llamados a ser hijos e hijas de Dios guiados por el Espíritu, motivados por el 
Espíritu de Cristo, el Espíritu que nuestro Padre ha enviado a nuestros corazones y que clama “Abba 
Padre”, el Espíritu que nos permite una correcta relación con El. ¿Entonces cual va a ser? ¿Cuál será 
elegido? Le dejo con esta pregunta, a ser contestada solamente entre usted y Dios. ¿Qué es lo que 
mejor describe el Cristianismo: obligación o amor, esclavo o hijo?

 

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